SUSTANCIAL

domingo, junio 10, 2018

Hay muchas cosas que solía disfrutar que ahora no encuentro atractivas. Solía escribir más, con más pasión, más concentración, más inspiración y naturalidad. Solía cantar más, cuando el cigarrillo no me había arruinado la voz aún ni la respiración. Solía dibujar, pasaba horas y horas haciendo trazos y formas, en gral. mujeres y hadas. Solía escuchar y disfrutar más de la música, compenetrarme en ella hasta perderme. E incluso solía disfrutar más de la soledad. De pasar horas y horas haciendo nada con un disfrute y no con la desesperación que me produce ahora la sensación de que el tiempo se me escurre sin ning+un propósito. Solía disfrutar de estar en la cama escribiendo con una sahumerio prendido incluso a veces escribiendo sólo a la luz de las velas. Pero como dije antes, las mejores cosas las he escrito enamorada y hoy siento que hasta eso he perdido.
Pequeñas cosas que hacían que mis días sean oro puro: bañarme con agua calentita y envolverme en una toalla seca, los perfumes, saber que en algún momento me vería con alguna amiga, tomarme un tecito rico y ver como el humito danzaba arriba de la taza, deslumbrarme por lo bella que encontraba a ciertas personas, la lluvia, sentirla, olerla, verla a través de una ventana.
Hay algo de todo eso que perdí, por qué no puedo disfrutar de todas esas cosas como antes?


©CATALINA PÉCORA
2018

BLOQUEO

Creo que nunca voy a dedicarme a esto de escribir. No tengo ideas. Mis relatos no tienen dirección ni forma alguna. No tengo sentiemientos reales por lo que escribo, por lo que tampoco poseen de alma o esencia. No es lo mismo que cuando me peleo con alguien o trato de hacer valer mi opinión de alguna manera. Ahi pongo toda la carne al asador y en gral. gano casi todos los argumentos. Pero escribir y que eso que escribís sea interesante es muy difícil de lograr. Enamorarse de la historia y los personajes es algo que no me pasa ni con historias ajenas, ni series, ni películas ni nada. Quizá perdí la capacidad de amar y por eso no tengo sangre en las venas que vertir en ningún relato. No sé cómo empezar ni seguir, como tampoco lo sé hacer en mi propia vida. Quizá se trate de eso después de todo. De tener una vida resuelta para poder resolver la de alguien imaginario más. No lo sé. Me siento perdida. Sin brújulas ni mapas que me guíen, como lo ha sido casi siempre, llegando a los destinos por instinto y sin mucho que ofrecer...


©CATALINA PÉCORA
2018

MI COMPAÑERA DE TRABAJO...

Diego escuchaba a sus amigos farfullar sobre a cual o tal mina se garchaban y el se sentía asexuado. Estaba en una etapa de su vida en dónde las únicas cosas que le importaban eran su trabajo y no morirse por miedo a quién iba a cuidar de su gato. La idea de la muerte venía a su mente cada vez más seguido, incluso más seguido de lo que él desearía. Sus conocidos y sobre todo los padres de sus amigos se iban muriendo poco a poco, y parecía como que cada vez que se enteraba de un deceso la muerte le tocaba el hombro con su mano huesuda una y otra vez. Sus amigos en cambio no parecían alertados por lo mismo. Ni siquiera por la idea de que estaban solos y quizá morirían así. Sólo le simportaba los sábados, la reunión en casa de Diego, hablar de futbol, etc. A Diego no le importaba mucho de lo que sus amigos hablaban, pero se movía por inercia, como con casi todo en su vida. A veces se le daba por autoanalizar si el trayecto de su vida era el correcto pero en gral. se terminaba por quedar dormido sin llegar a mayores conclusiones.

Había una mujer, sin embargo, en la que pensaba a diario. Para colmo de males la veía todos los días en su trabajo ya que eran compañeros, aunque trabajaban en diferentes areas. Era una chica bastante sociable. Solía saludar a todos incluyéndolo a él con bastante educación, cosa que a Diego le atraía bastante. Era bajita, de pelo largo castaño y tez blanca. Le gustaba maquillarse muy delicadamente y se pintaba los labios con un labial amarranado que le quedaba fantástico. Diego no se animaba a hablar con ella. Sus prejuicios sobre las mujeres eran muy fuertes y no podía controlarlos. También, contrariamente, pensaba que una chica tan bonita seguramente ya estuviera de novia con alguien. Ella solía ir a los after office, si tan sólo Diego fuera un poco más sociable ya se hubiera enterado de algo de su vida. Tampoco le daba para preguntarle al resto de sus compañeros ya que no quería que nadie supiera que esta chica le gustaba. Asi que dejaba pasar los días sin que ni ella ni nadie se enteraran de su interés.


©CATALINA PÉCORA
2018



SOBRE LA MUJER by Diego

sábado, junio 09, 2018

¨ Particularmente ya no sé qué pensar de las minas. Todas tienen algún mambo, no logro encontrar una normal. Hoy particularmente no estoy buscando nada pero hace unos meses cuando tuve mis últimas citas con algunas, no conseguía interesarme realmente por ninguna. La mayoría cuando llegan a mi edad sienten que se les fue o se les está yendo el tren. Ya están en las fechas límites en dónde las posibilidades de tener hijos (las que no los tienen ya) se les van esfumando, y están desesperadas por reproducirse con cualquiera a cualquier costo. Yo no podría mezclar mi adn con alguien a quién no considere mínimamente intelectualmente rentable. Pero estas locas van y se tiran de cabeza. Y lo peor de todo es que yo pienso no? Si llegaste soltera a cierta edad es porque o tuviste poca vida y trayectoria o tuviste muchos rechazos. Lo que me hace reveer severamente mis chances de estar con vos. Digo, seguro tenés algún muertito en el placard mental, algún detallito psicológico, no sé, ALGO que hizo que ninguno de mis congéneres tampoco te haya querido. En definitiva, flaquita, te debe fallar algo...
Por lo que en definitiva terminamos siendo sólos mi gato y yo. Mi gato, que me parece más normal que todas las minas con las que me crucé. Más fiel, más leal, más todo. Es una maza mi gato.
La mina linda es inalcanzable o le gustan los tipos hijos de puta, o los de plata, que son más o menos lo mismo. Las minas más o menos te cagan igual tarde o temprano porque se aburren, porque no tienen autoestima y tienen que sentirse revalorizadas (porque una pija sola no les alcanza para eso parece), las pendejas están en cualquiera y las demás todas desbocadas. Nada, no zafa ni una. Si no fuera porque no me cabe la idea de tener cosas en el orto consideraría seriamente hacerme puto...¨

Buen, con éstas ideas sobre la mujer podríamos decir que Diego se va a morir soltero no? Por momentos suena algo misógino pero también se lo entrelee atemorizado a que venga alguna de esas que el llama sueltamente locas y le arrebate la estabilidad que tanto tiempo le llevó contruir. La relación con su madre tiene mucho que ver con cómo el ve el mundo femenino. Diego es único hijo y basicamente su madre fue siempre lo que se dice una ¨ espanta novias ¨. Nunca ninguna era digna de su hijo varón preciado. Lo cual ha truncado varias potenciales relaciones que logró conseguir Diego.


©CATALINA PÉCORA
2018

ESTABILIDAD

viernes, junio 08, 2018

Diego era un chico normal, con gustos normales, y amigos normales, aunque muchos de afuera pensarían que más que normales eran aburridos y su vida era chata por completo. Sus mañanas empezaban a las seis en punto y aunque muchas veces renegaba de su despertador, disfrutaba de tener un trabajo y una economía estable. Se levantaba y tomaba un café negro con una tostada pelada (otra pista de que en realidad era un aburrido y no una persona normal). Luego se vestía con el traje que tenía seleccionado para cada día de la semana y se echaba un poco de un perfume amaderado que alguna vez su madre le dijo que era muy masculino. Salía a la calle, caminaba unas siete cuadras y se tomaba el subte en dirección al centro. Allí trabaja en una oficina de nueve a diesiocho y rara vez acompañaba a sus compañeros de trabajo a los after office que solían hacer los días jueves. No solía beber alcohol y siempre usaba de excusa eso para zafarse de la invitación. Al salir de su trabajo hacía todo el viaje de vuelta a su casa en sentido contrario. Muy pocas veces se distraía del camino a menos que claro, tuviera que pasar por el supermercado por provisiones o a comprarle comida a su gato (Sí, tenía un gato. más a nuestro favor para pensar que es un aburrido). Al llegar se ponía un pijama de seda que tenía desde joven y se echaba en el sillón a ver noticieros. Tenía Netflix pero por algún motivo ajeno a su conocimiento no podía engancharse con ninguna serie o película sin desconcentrarse, o por el gato, o por cosas del laburo, o por quién sabe qué.
Los días sábados aprovechaba para hacer lavandería y ordenar un poco su casa. Un dpto. de dos ambientes poco iluminado, ya que daba al pulmón de manzana, pero que a él le encantaba porque era medio fotofóbico. Por la noche solía reunirse con sus tres amigos de toda la vida, los del secundario. Cenaban, hablaban, en menor parte de lo que habían hecho durante la semana y en mayor parte de lo frustrado que estaban todos a nivel amoroso. Las mujeres eran para ellos un enigma dificilísimo de descifrar. Diego en particular tenía una especie de diario dónde escribía seguido al respecto.
En la próxima entrega vamos a echar un vistazo a sus opiniones sobre el sexo femenino.


©CATALINA PÉCORA
2018

WHO I AM?

¿Será que soy una persona horrible que nadie quiere conservarme en sus vidas?, ¿Seré muy trasparente y dentro mío hay cosas que la gente no soporta ver?, ¿Por qué he perdido en la vida más amistades de las que he ganado?, ¿Seré muy sincera y diré a los demás cosas que no quieren escuchar?
Si los demás son sólo un reflejo de lo que nosotros somos, qué soy yo que no me reflejo en nadie ¿un vampiro?, ¿Nadie ve en mi nada interesante como para querer ser mi amigo?


©CATALINA PÉCORA
2018

PENSAMIENTOS...

Nadie me enseñó a andar en bicicleta como a todos los demás. Nadie me ayudaba con las tareas como a todos los demás, ni me daban plata para los recreos como a todos los demás. No tuve padres protectores como todos los demás y cuando llegó la hora, los depredadores me devoraron como a cualquier cría dejada a la interperie.
Casi todo lo que aprendí en la vida lo hice sola y a la fuerza. Raras veces tuve a alguien acompañándome. me he caído y lastimado más de una vez y hoy tengo una fortaleza que si bien a mi me parece bastante endeble, me ha sacado a flote más de una vez cuando siento que el agua me llega al cuello.
Incluso nunca tuve a nadie que me defendiera luego de que mi viejo muriera, también tuve que aprender a hacer eso sola. Y hoy, mucho de eso que aprendí sola sin que nadie me corrija, tengo que enseñárselo a mi hijo ¿Cómo voy a saber cuando lo que le diga va  estar bien o mal cuando nadie me ayudó a mi en el pasado? Es una de las tantas cosas que me pregunto todos los días...


©CATALINA PÉCORA
2018



YA NO TIENE CASO...

miércoles, junio 06, 2018

Pienso en algo que no tiene sentido pensar, pero no lo puedo evitar:_¨ ¿Qué hubiera pasado si todas esas veces que me intenté suicidar, que estuve internada... esos 10 años de psicoanálisis al pedo... si alguien se hubiera dignado a diagnosticarme y medicarme a tiempo? - Quizá hoy ya hubiera tenido más de una carrera, no hubiera perdido tanto el tiempo, no me hubiera perdido los primeros años de mi bebito. Me da tanta bronca, pero más que eguir adelante ahora que tengo lucidez no puedo hacer...

Lo hablo con todos y todos están de acuerdo en que aproveche el tiempo que me queda, y adhiero pero ¿Por dónde empezar? Hay tato ue perdí en el camino que no voy a recuperar, tantas despedidas que pude evitar. Nada, hay mucho que empecé y no terminé y hoy no sé cómo, no sé por dónde empezar de nuevo Siento que no me da la cabeza, que mis neuronas están atrofiadas y que intente lo que intente voy a fracasar ¿Cómo se hace para ganar confianza en uno mismo de nuevo?


©CATALINA PÉCORA
2018

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