MI SOLEDAD Y YO

miércoles, septiembre 23, 2020


 Esto, por desgracia, ya se está volviendo un tema recurrente, tanto en mis posteos como en mi vida y pensamientos. No puedo sentirme plena, la soledad me carcome y para colmo de males este año de mierda que no se termina más. No sé si tener esperanzas o no de que el año que viene voy a poder retomar mis estudios como para que mi cabeza se mantenga ocupada en algo más que la vocecita que 24/7 me dice estás sola, nadie te quiere, vas a morir sola, nunca más vas a ser amada por nadie.

La verdad es que envidio a la gente que estando sola se siente bien y tiene fuerzas y energía para hacer su vida normalmente. Yo no puedo terminar de recuperarme de que lo tenía todo y era feliz y lo arruiné. Arruiné en nada lo que busqué por años y construí por años. 

Esa gente que dice despreocupadamente que sola es feliz ¿cómo hacen? ¿Cuál es su secreto? Yo apenas puedo encontrar las palabras para describir el vacío que siento en el alma. Ese agujero que tengo en dónde solía haber un corazón.

He leído bastante en estos días que el ser agradecido atrae a uno lo que desea pero me cuesta ser agradecida por las pequeñas cosas cuando siento que lo que perdí era tan inmenso. Incluso me cuesta seguir creyendo en un dios que impone tanto pero tanto sufrimiento y no a mi porque mi sufrimiento es claramente culpa mía, pero y al resto de la humanidad, ¿al bueno y al justo? 

Nada. Sólo me queda aferrarme a mi bello hijo que no por nada se llama Salvador. Eso es lo que él es para mi. Su voz, sus manitos, su risa. Todo eso me salva de no caer en el abismo por el a diario merodeo. Es lo único en la vida por lo que me siento sinceramente agradecida... el resto... el resro es oscuridad e incertidumbre...


©CATALINA PECORA
2020

LA CARRERA DEL AMOR

martes, septiembre 22, 2020

En estos últimos días mi ex me dijo ya cansado de mi insistencia y hartado de mi, que buscara alguien más a quién hincharle las pelotas. Si bien para algun@s es fácil olvidar 15 años de amor como si nada y dar vuelta la página hasta encontrar una nueva pareja, para mi no lo es. Y no es que no lo haya intentado eh, pero simplemente nadie pero nadie puede alcanzar siquiera la suela del zapato de mi ex, sobre todo a nivel intelectual, que por desgracia, es por dónde a mi más me atrae un hombre. Su nivel de cultura, sus capacidades y aptitudes a la hora de entablar una conversación y también su sentido del humor y sus valores. Por supuesto también debe atraerme físicamente y haber cierta química que produzca algún que otro chispazo pero no es necesariamente lo esencial. 
Todo esto vuelve la búsqueda de difícil a inverosímil y si a las mujeres lindas, flacas, independientes y preparadas que hay se les complica. Imaginensé a mi que soy un bofe sin laburo ni profesión alguna y madre. No soy el mejor partido para nadie. Eso sin tener en cuenta mi combito psiquiatrico con el cual cargo de por vida. Combito que da a pensar a cualquier hombre que me cruce que NO SÓLO SOY UN BOFE SINO QUE ENCIMA ME CHIFLA...
Yo quisiera saber en qué parte de su plan divino dios va a darme una segunda oportunidad de ser feliz con alguien ¿¡EN QUÉ PARTE!?
¿¡CÓMO CARAJOS HAGO. YO. UNA MINA QUE NO ESTUVO SOLA EN SU PUTA VIDA PARA SUPERAR OLÍMPICA SOLEDAD ARRAIGADA A MI COMO UNA GARRAPATA!?

Las aplicaciones de citas no sirven ni de paliativo. Todos los tipos quieren pendejas veinteañeras con el culo de Sol Perez y las tetas como 2 piedras. TODOS. Desde el más pendejo hasta el más viejo verde ' sugar daddy ' o no. Si matchean conmigo es porque quizá nadie más le dió pelota, lo cual también es al pedo porque después no son capaces de decir un miserable " hola". Quizá porque no soy más que una más del montón que usan para alimentar sus propios egos.

Para colmo de males las minas no ayudan a que la cosa sea mejor. Todas posan en bikini a ver quién tiene las mejores tetas o el mejor orto. Exhibiendosé como si se tratara de una vidriera de putas de Amsterdam en dónde los tipos tienen tanta variedad para elegir que se terminan por llenar sólo de verlas.

La carrera del amor en el mundo de las apps de citas es una carrera perdida apenas empieza. Uno se las baja todo esperanzado de lograr conectar con otro ser humano y esa conexión JAMÁS llega. Es un catálogo de maniquies sin alma sin cerebro y sin corazón. Dónde uno termina sintiéndose deshauciado y más solo que antes. Casi, casi como ir a un supermercado, y estar rodeado de cosas que uno no puede pagar ni alcanzar. Como mirando famélico de amor a través de una vidriera de un restaurante donde todos se llenan el alma de sentimientos compartidos en pareja...

ASÍ ME SIENTO HOY. Rechazada por el hombre que amo y rechazada también por cualquier otro que podría llegar a amar. Mi corazón no podría estar más roto y mi alma más cansada. De hecho, mientras escribo éstas líneas el pecho se me oprime de tal forma que ruego a dios, de quien a esta altura dudo su existencia, que me esté dando un infarto que acabe con mi calvario...

©CATALINA PECORA
2020
 

EL TRÉBOL DE 4 HOJAS

lunes, septiembre 21, 2020


 Para lo que es mi círculo íntimo no es novedad que el día jueves a la noche tuve un nuevo intento de suicidio en mi haber. Bah. " Intento ". Tomé 40 mgrs. de clonazepam, medicamento al cual ya le tengo resistencia y que para que me hiciera mínimo una cosquilla debería tomarme un container. Había estado hablando nuevamete y hasta su cansancio y hartazgo con la posibilidad de volver con Bruno para que seamos una familia nuevamente pero pese a que mi corazón se hace trizas y mi alma polvo, él insiste en que ya no sólo no me ama más sino que nunca pero nunca jamás como decía el cuervo en el dindel de la puerta de Edgar Allan Poe, volverá a estar conmigo como pareja.

Pese a que le rogué y le supliqué durante todo este tiempo por una segunda oportunidad, el insiste en que ya agoté todas las oportunidades posibles mientras fuimos marido y mujer. Yo no lo creo asi. Yo creo que todos tenemos derecho a una segunda oportunidad pero bueno, el no lo considera asi y su postura es inamobible. Insisto en pensar si lo que lo detiene es su propio orgullo o su entorno cercano que le habla mierda de mi (como me ha dicho que siempre hicieron y el a pesar de todo me defendía). Supongo que nunca lo sabré porque hace rato nadie salvo él a pesar de todo me dice la verdad en nada.

Ya agotada por la discusión decidí tomarme las drogas con un ápiz de esperanza de que ésta vez si hicieran efecto. Pero en el fondo sabía que sólo me dormirían unas horas y luego seguiría despertando a mi miserable vida en la que no tengo más familia y el hombre que amo ya no me ama. Como cada vez que sueño que me dice de volver a estar juntos o sueño a mi hijo de bebé o incluso tengo la osadía de soñar que somos una familia más grande como soñaba que algún día seríamos. Sólo para saber antes de despertarme que estoy soñando y todo es una crueldad de mi inconciente para torturarme incesantemente por todos mis errores cometidos.

Al día siguiente. Luego de una gran discusión con mi psicólogo y Bruno. Bruno terminó sugiriéndome que me busque a alguien más. Lo cual no sólo me destroza y me parece inconcebible , sino que resulta imposible ya que nadie le llega siquiera a los talones como hombre como ser humano como padre y como profesional. Mi admiración por el es total. Cómo podría encontrar cómo funcionar con alguien que no fuese el. Es una tarea inverosímil. Encontrar un hombre como Bruno es casi como buscar un trébol de 4 hojas en un inmenso bosque. Una tarea olímpicamente imposible. Y sin embargo, ya no quiero romperle las pelotas a un hombre que sé que nunca más me va a corresponder. Para mi es la muerte en vida. No hay lugar en el cielo ni en el infierno (mucho menos en éste ya que el infierno es justamente no ser amado). Por lo que sigo adelante... ya que no tengo las pelotas para tirarme debajo de un tren o ahorcarme. Sigo por inercia, por mi hijo, que a pesar de que sólo quiere a su papá me tiene de adorno, como para decir :_" Ah si, y este bofe es mi mamá..." - 

Mi caja de pandora vino sin esperanza. No me queda nada. No tiene sentido nada. Y sin embargo sigo buscando, al pedo, ese trébol que se que nunca va a aparecer. Porque esas son cosas sólo pasan una vez en la vida, como el amor con el cual se suponía que iba a envejecer y perdí por ser la persona más mala y horrible del Universo...


©CATALINA PECORA
2020

COMPAÑÍA

miércoles, septiembre 02, 2020



 Nunca en mi vida me consideré ni creí que en algún momento me iba a encontrar siendo una persona solitaria. Es algo que nunca me gustó, busqué, ni deseé para mí misma. Sin embargo es lo que vivo hoy. Absoluta y llana soledad. De la fea. De la que duele y de la que se absorve por la piel finita que tengo hasta llegar al corazón y romperlo un poco más de lo que ya lo está.

La soledad sólo puede disfrutarse cuando se elige y no cuando es impuesta como una condena de la que uno no tiene escapatoria. En mi juventud de hecho. Yo elegía escaparme a la soledad para poder tener la tranquilidad de afinar este " don " de poder poner en palabras todo lo que se cuela por la mente hasta convertirse en sentimientos. Pero no es lo mismo escapar a la soledad buscando tranquilidad o paz, sabiendo que uno cruza una puerta y encuentra familia y contención y amor y besos y abrazos. Que la soledad arraigada a uno, encadenada a uno, que la soledad que ahorca en el cuello hasta quitar el aire y las ganas...

La amistad siempre fue una asignatura pendiente en mi vida. El cómo saber buscarla, hacerla nacer, crearla, hacerla crecer, alimentarla y hacerla duradera. Es algo que nunca pude lograr. He tenido demasiadas traiciones y decepciones que me han puesto el corazón como una piedra. Acorazado. Y aunque si bien es fácil ilusionarlo ya no es tan fácil que logre bajar la guardia ante la menor muestra de no ser correspondido con las mismas intenciones.

La verdad es que la vida se disfruta mejor acompañado. Pero por desgracia la compañía no se disfruta de cualquier persona. Lo cual dificulta que uno pueda escapar finalmente de las fauces de la soledad con facilidad. Y como dice el dicho " mejor sólo que mal acompañado ". A pesar de ello me encuentro ferviente de encontrar con quién discurrir en conversaciones filosóficas sobre el resto de las cosas de la vida. Con quien tomarme un vino y tener charlas existencialistas. Me gustaría decir que no pierdo la esperanza de encontrar con quién poder hacerlo pero la verdad es que la esperanza no es lo mío...


©CATALINA PECORA
2020

SEDIENTA


 Tengo sed y no de agua. Tengo sed de recomponerme.  Tengo sed de querer y anhelar como antes todo aquello que me hacía feliz. Tengo sed de tener ganas de vivir y avanzar. Tengo sed de demostrarle a aquellos que todavía guardan un ápiz de esperanza en mí que todavía no es tarde, que no soy un desperdicio de oxígeno caminante. Sed de conocimientos y de transmutación. Sed de convertirme en un ser de oro y de dejar de ser uno de plomo. Sed de alquimia. Sed de todavía creer que algo mejor puede haber para mi. Sed de todavía creer que la felicidad no es un momento en la vida sino un estado de elección en el cual uno puede permanecer para siempre. Sed de amor, sed de pasión, sed de afecto, de volver a confiar en la amistad recíproca, en la fraternidad, en el desearle lo mejor al otro y que el universo te devuelva ese amor por triplicado.
Tengo sed de desear cosas tangibles que puedan realizarse en tiempos medianamente inmediatos, para no seguir en este estado gris de decepciones y frustraciones que me hacen perder el camino. Tengo sed de ser la mejor persona que pueda ser para mi misma, para mi hijo, para todo aquel que me ame o me quiera o me desee el bien aunque sea.... tengo sed...

Tengo sed de que la utopía se reconvierta. Aunque la utopía sea como el horizonte que uno persigue caminando 10 pasos y ella se aleje 10 pasos más y sirva ésta para hacernos caminar justamente. Yo tengo sed de que la utopía se reconvierta. Tengo sed de hacerla real. Tengo sed de hacer todo lo imposible real. Porque lo imposible, sólo lleva un poco más de tiempo y tiempo tengo de sobra por delante... Tengo sed del aprendizaje tanto del lado bueno como del malo. Tanto del fácil como del difícil. De aquel que viene de libros como del que viene del dolor. Tengo sed por dominar la impaciencia y la ansiedad que estropea todo lo que necesita tiempo para crecer y germinar. Tengo sed por aprender a amarme a mi misma para enseñarle a los demás cómo hacerlo conmigo.

Y sobre todo tengo sed por recomponer todo lo que rompí. Porque todo tiene solución menos la muerte y si no tiene solución, no es un problema...



©CATALINA PECORA
2020

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