INDIGENCIA

miércoles, diciembre 20, 2017


Es que cientos de vouyeristas te lean y no te lo hagan saber, me ven y siguen de largo... flaca no escribas, más, escribís como el orto, dedicate a otra cosa, no sé, algo! 4 the love of god!!!!

https://ignati4.sarahah.com/

Ahí pueden dejarme mensajes de forma totalmente anónima si es que les interesa...
Cata.

ABANDONAR


verbo transitivo (aunque el abandono sea para siempre.)
  1. 1.

    Dejar sola o sin atención ni cuidado a una persona, animal o cosa.

    "el capitán no puede abandonar la nave; cada verano son abandonados centenares de perros"
  2. 2.

    Dejar definitivamente a una persona con la que se mantenía una relación de pareja o de amistad.

    "incomprensiblemente, abandonó a su mujer y sus tres hijos por una jovencita extranjera"
  3. 3.
    verbo transitivo/verbo intransitivo

    Desistir de algo o renunciar a algo, especialmente a seguir haciendo una cosa que se había iniciado.

    "abandonar un vicio; cuando conoció las dificultades que tal empresa entrañaba, no tardó en abandonar el proyecto; más de la mitad de los corredores abandonaron antes de llegar a la mitad del recorrido"
  4. 4.
    verbo transitivo

    Apartarse o retirarse de un lugar.

    "hasta que no terminen las investigaciones, no pueden abandonar la ciudad; no tiene voluntad para desprenderse de sus sueños y abandonar de un salto la cama; las nubes abandonarán poco a poco la región austral"
  5. 5.

    Dejar una actividad, un cargo o un poder.

    "abandonó el entrenamiento antes de tiempo; yo llegué a la empresa antes de que ella abandonara la presidencia"
  6. 6.

    Dejar de seguir una ideología, una religión, un estilo, etc.

    "abandonar el cristianismo; Jardiel Poncela no abandonó en ningún momento su personal concepción del humor"
  7. 7.

    Confiar o dejar el cuidado de cierta cosa a algo o alguien.

    "abandonó la decisión a sus compañeros; la responsabilidad del logro de un mundo sin guerras no se puede abandonar exclusivamente a las manos de las grandes potencias"
  8. 8.
    verbo pronominal
    (abandonarse
    Declararse vencido o sin fuerzas para continuar en un empeño.

    "no te abandones y sigue luchando por tus hijos; se abandonó a la desesperación; quería no pensar, no desear, abandonarse en un rincón hasta que llegara el alba"
  9. 9.
    (abandonarse
    Descuidar [una persona] el cuidado habitual de su aspecto exterior.

    "tengo que ir a la peluquería, no puedo abandonarme de esta manera"
  10. 10.
    (abandonarse
    Entregarse a un vicio u otra cosa negativa o perjudicial.

    "se abandonó a las drogas"

Mi esposo me ha dicho en uno de sus raptos de lucidez epifánicas:_¨ La gente que nos abandona debería dar explicaciones de porqué nos abandonan...¨ - y a esto agrego que aunque más no fuera por el afecto que alguna vez nos tuvieron, NOS LO DEBEN...

Desde el abandono más terrible al más disimulado. Desde el más temprano al más tardío. Desde el más altruista (si es que eso fuera concebible) hasta el más egoísta. TODOS LOS ABANDONOS DEBERÍAN SER JUSTIFICADOS...

¿¡Por qué ignorás a tu propia sangre!?, ¿¡Por qué te llamaste mejor amigo y hoy tu cara ni mira la mía!?, ¿¡Por qué me trajiste al mundo para luego ignorame en mis más temprana edad!?

Hay cosas que son realmente inconcebible y el abandono desde el más tonto hasta el más grave debería ser manifestado. Si algo te molestara tanto de mi como par abandonarme física o emocionalmente al punto de ser una sombra o un fantasma en mi vida, sólo te pido que me lo digas. Si no se qué corregir en mi nunca me darías la chance de cambiar por y para vos...
Todos tiramos la toalla alguna vez pensando que nunca la vamos a volver a levantar y luego ahi nos tiene la vida de nuevo, levantándonos, subiendo de nuevo al caballo, pero no es igual cuando lo que se abandona es una pareja, un amigo o un hermano, no es lo mismo con seres humanos que sienten y no merecen el mismo trato que un traste viejo del que uno se deshace y se compra otro. Parejas podemos tener muchas pero no a todas las amaremos igual, amigos podemos tener muchos pero si se marchan sin mirar atrás nos ahuecan de formas muy distintas depende de la cercanía que teníamos y hermanos... pufff... no todos tienen la suerte de tener hermanos, de hecho mi propio hijo no tendrá esa suerte y sin embargo, yo fui una hermana abandonada que sufre ese abandono como si fuera un luto del que nunca me voy a reponer, día tras día, con la esperanza de que algún día reciba una explicación de porqué fui dejada atrás, en el más oscuro de los cuestionamientos, mientras para quien me daba la espalda olímpicamente se abría el mundo de par en par...

ASÍ es el abandono.Te deja en pausa, detenido en el tiempo, sin posibilidad alguna de avanzar, rumiando los porqués y tratando de entender qué fue lo que hiciste que pudo ser tan grave como para que nunca más te quieran cerca de ellos... abandono definitivo, rotundo, sombrío, silencioso y cobarde... sobre todo cobarde...
PORQUE HAY QUE TENER PELOTAS PARA DECIRLE AL OTRO LAS COSAS A LA CARA Y COMO SON.




©CATALINA PÉCORA
2017

CARTA SIN DESTINATARIO

martes, diciembre 19, 2017


Ésta es una de esas líneas que nunca serán leídas por aquel que uno quisiera, lo que por desgracia, no hace más fácil escribirlas. Hay tanto que quisiera decirte que no sé ni por dónde empezar. Quizá tal vez describiendo la angustia de tener que hablar con alguien que respira aún de este mundo, pero en mi vida es como si no lo hiciera, y no porque yo lo haya deseado, sino porque asi fue elegido por vos.
Como desearía que todo hubiese sido diferente, que nunca te hubieses ido y la distancia no fuera la excusa para un adiós tan largo. Que tu dolor hubiese sanado lo suficientemente rápido como para que no hubieses tenido que sentir la necesidad de huir de todo lo demás. Incluyendo de mí, dejándome atrás. Que hubiera tenido entonces la madurez suficiente como para ayudarte a encontrar un camino que no te llevase tan lejos. Pero no se puede. Nada de todo eso se puede. Y el dolor es tan grande que las palabras se enriedan tontas entre los dedos como la saliva se anuda a mi garganta.

Alguna vez, increíblemente fuimos unidos. Unidos por la sangre, unidos por la vida y por el mismo techo. Unidos por comidas, por risas y por momentos. Que si hubiera sabido que serían los únicos que pasaríamos juntos hubiera sido más cautelosa y los hubiera atesorado como merecían. Hoy sólo puedo aferrarme a imágenes borrosas y a diálogos mudos que no puedo recordar que me decían.

Hubiera deseado que te quedaras. Que tus hijos y mis hijos crecieran juntos y que la complicidad que alguna vez tuvimos se hubiera extendido y crecido a lo largo de los años. Que pudiendo caminar unos pasos o tal vez tomando un colectivo, pudiera estar en tu casa, compartiendo nuevas noticias o viejas anécdotas sobre nuestras raíces, que por muy profundas que fueran, vos conseguiste cortar de alguna manera inaccesible para mí.
Hubiera deseado que me protegieras, como en muchas fotos de nuestra niñez parecías disfrutar de hacer. Aún cuando mamá se empecinaba en decirme que me odiaste desde el día en que nací por los celos. Hubiera deseado que si eso era verdad, hubieses podido superarlo y amarme a pesar de todo como yo te amé y amo, a pesar de todo y después de tantos años de ignorancia, rechazo y resentimiento de tu parte hacia mí. Incluso desearía que mis palabras ahora mismo no despertasen o alimentasen ese odio que en teoría sentís por mí. Por no estar de acuerdo, por no querer reconocerlo o por lo que fuera.
Hubiera deseado que confiaras en mi como hiciste quizá sólo un par de veces en nuestras vidas. Que siendo una de las pocas personas que te han visto llorar en tu vida, hubieses depositado en mi las cargas que te dificultaron el trayecto que elegiste, para no andar por la vida tan cargado, con cosas imposibles de arrastrar en soledad.
Hubiera deseado compartir un mate, una comida más, una cerveza. Sos lo más parecido a papá que camina sobre esta tierra junto conmigo, y tan sólo eso me hace anhelar con ánsias el momento de volver a verte. Si es que ese momento llegara algún día. Pensar que tengas un hijo de cinco años al que no conozco me hacen preguntarme para qué estoy viva, si no puedo tener acceso a lo más básico del amor, a lo más íntimo. Si no tengo la capacidad de derrumbar los muros para construir un puente que me alcanzase hacia vos.

Hubiera deseado tener la capacidad que tenés vos para no necesitar todo lo que yo necesito de mi propia sangre. Eso me haría sufrir menos y viviría definitivamente con más libertad de la que vivo.
Hubiera deseado no tener la necesidad de escribirte todo esto, pero soy esclava de mis emociones y cada vez que veo una película protagonizada por hermanos no puedo evitar sentir que me falta un pedazo de mí misma y que el corazón me cruje como una hoja seca a punto de ser despedida de su árbol.

TE EXTRAÑO.
Hubiera deseado que no lo sepas pero no lo pude evitar.


©CATALINA PÉCORA
2017

LA MUERTE DEL AMOR


No existen las palabras que puedan describir el dolor de un corazón roto. Del vacío que deja en nosotros la muerte de un ser querido. Del eco rotundo y los huecos que nos dejan los amores que no fueron y los que nunca serán. La sensación de vibración en esos besos que se dieron en vano o la sequedad de los que nunca se darán. Los abrazos partidos por la lejanía inmesurable. El calor o el perfume del que jamás se volverá a saber. La melodía de esas voces de quienes amamos diciendo nuestros nombres y el silencio incesante por sus ausencias.
La muerte. La distancia. La elección de la ignorancia o el resentimiento. Quizá todo eso sirva para explicar, cuando se muere el amor. Las palabras que nunca se dijeron o dirán, o aquellas que se dijeron demasiado tarde. La marea de emociones abrumadas en su propia profundidad. Como quien intenta aferrarse y simplemente resbala al vacío. Como correr detrás de lo inalcanzable sin tener la noción de ello. Como la creencia esperanzada en que las heridas sanarán. La fe inequívoca de que tendremos nuestra resolución...
Pero no. Pero nunca. Pero jamás. ESO es la añoranza de un pasado más feliz. Cuando fuimos inocentes y creímos que lo teníamos todo con tan poco, pensando inconcientemente que ese tiempo sería eterno... pero nada es para siempre...



©CATALINA PÉCORA
2017

EL ÚLTIMO CIGARRILLO

martes, diciembre 05, 2017


Acabo de fumarme el último que me he propuesto y ya me siento desesperada y sufriendo. Quiero dejarlo finalmente pero a la vez no quiero hacerlo. No encuentro otra forma de saciar mis ánsias. Pero el pucho se está llevando consigo cosas demasiado preciadas para mi: mi voz. Ya no puedo cantar como solía hacerlo. Andar en bicicleta sin que parezca que me voy a morir vomitando un pulmón y quizá hasta mi inspiración para escribir, ya que no sé cómo terminar este texto...

UN NUEVO DÍA


¨ Amanece que no es poco ¨, y aquí con la almohada todavía pegada, despeinada y en pijama ya escucho os sonidos de otro día en el que los demás se sumergen y a mis pequeños gatitos comiendo como si no lo hicieran hace siglos.
La luz del sol se cuela por mi ventana y me besa el rostro por completo.Cierro los ojos y su calor pareciera sentirse más fuerte. Todo lo vivo fuera de mi ventana parece feliz y agradecido. Cada árbol, cada planta, el césped, las aves. La sensación de picor frente al sol es bellísima e inexplicable, sólo puedo expresar gratitud por ello y por todo todo aquello que puedo ver y percibir cuando muchos no consiguen lograrlo.
Gratitud por poder ver a mi hijito durmiendo, por el techo que nos cubre, por mi esposo que nos provee, por mi desayuno calentito y por una inmensidad de pequeños detalles que transforman un día cualquiera en uno maravilloso.


©CATALINA PÉCORA
2017

INSOMNIO


Cuando la inspiración llega no pide permiso, no le interesa la hora, ni el momento, ni el lugar, y ahora mientras todos aquí duermen, yo escribo. Escribo sobre mi deseo de que quienes amo descansen bien y tengan dulces sueños, mientras a mi las palabras me corroen por dentro y no me dejan pegar un ojo.
La cabeza no me para, es de madrugada y se me desborda de ideas y de porvenir, de sueños sin dormir, de planes para el futuro inmediato y lejano. Veo y visualizo mi mayor meta cumplida, la que con mayor frecuencia me seca la mente de tanto pensarla. Ojalá la vea cumplida más temprano que tarde. Ese sueño de esculpirme hasta que lo que fui aflore nuevamente y nunca más me abandone.
Si ese día llegase sería tan feliz que me sentiría capaz de generar cualquier logro, incluso hasta el más inverosímil. Sueño despierta con que ese día llegue y en cuanto lo haga me vería con un cuerpo y una mente nueva, jugando con mi hijo, amando hasta las tripas a todo y a todos, y hasta tal vez, creyendo nuevamente en dios...



©CATALINA PÉCORA
2017


EL HILO ROJO

lunes, diciembre 04, 2017



Nunca creí en esa " fábula " del hilo rojo que te une a una persona. Por qué a una sóla?!?! Si somos personas que nos relacionamos con muchas otras!??! Yo creo que fácil debo tener un hilo rojo para cada dedo de la mano, mínimo. Vibro en la misma sintonía que muchos de mis amigos aparte de mi pareja y eso me llena el alma. Alma gemela que creo que tengo una para cada sentimiento. Tampoco me gusta la idea de la atadura del hilo. Aún cuando algunos de esos hilos se han cortado sin que yo lo deseara. Porqué no otra forma de unión que una atadura!??! Una unión de palabras. Una unión de emociones compartidas. Uan unión de momentos. De mates, de birras, de vinos... la unión tácita de saber que uno está ahí para el otro y el sentimiento es mutuo...
Ojalá estén de acuerdo conmigo en que esa forma de cercanía es la más sana. En dónde estar cerca y juntos es muy bueno pero la libertad de ir y venir cuando a uno le plazca es todavía mejor. El convertir el posesivo te quiero en la entrega del te amo. Y amar sin límites. Hasta que uno cruja en el interior por el otro.
Definitivamente si un hilo rojo verde o violeta me une a una persona no es sólo a una y mis hilos me han enredado por completo.


©CATALINA PÉCORA
2017

LOS COMENTARIO SON BIENVENIDOS... ASÍ MÁS NO SEAN PUTEADAS...


TIEMPO


Minutos, horas, días, meses y años, y yo, soy sólo una expectadora. Soy como esa última hojita en la rama del árbol otoñal esperando lo inevitable.
Veo a la vida directo a los ojos en el rostro de mi hijo y lo innegable del paso del tiempo al observarlo crecer. El tiempo pasa para todos y algunos estamos paralizados ante ello, como el grito enmudecido que nunca nadie va a oir. El tiempo pasa y arrasa con las oportunidades que no se aprovechan, con los sueños que uno no es capaz de materializar, por suerte, también arrasa con las pesadillas que desaparecen en un abrir y cerra de ojos.
Todos los días es mirar el reloj, mirar el calendario e idiotizarme ante la imposibilidad de detener el paso del tiempo. Siento como si mi vitalidad se esfumara día tras día para jamás volver. Entonces busco fórmulas, atajos y caminos que me lleven a una vida más plena. Más fuerte, más imponente. Si ser atropellado es algo de lo cual no hay escapatoria, quisiera serlo por la vida, con sus altibajos y placeres y no por el correr del tiempo.
Quisiera ver la chance cuando amanece y no sentir la derrota de otro día espejado. La chance de respirar, de pegar la bocanada sin el miedo a ahogarme frente a lo que haya que enfrentar. La chance de agradecer por lo que tengo y de dejar de pensar en lo que perdí o lo que vendrá.
Escuchar la risa de mi hijo y sentir la luz de lo que la bendición de su sonido significa. Sentir el amor infinito de mi esposo y corresponderle con el Alma

El tiempo pasa para todos y yo ya no quiero perderme de nada.


©CATALINA PÉCORA
2017

MIS OTROS BLOGS