ESTABILIDAD

viernes, junio 08, 2018

Diego era un chico normal, con gustos normales, y amigos normales, aunque muchos de afuera pensarían que más que normales eran aburridos y su vida era chata por completo. Sus mañanas empezaban a las seis en punto y aunque muchas veces renegaba de su despertador, disfrutaba de tener un trabajo y una economía estable. Se levantaba y tomaba un café negro con una tostada pelada (otra pista de que en realidad era un aburrido y no una persona normal). Luego se vestía con el traje que tenía seleccionado para cada día de la semana y se echaba un poco de un perfume amaderado que alguna vez su madre le dijo que era muy masculino. Salía a la calle, caminaba unas siete cuadras y se tomaba el subte en dirección al centro. Allí trabaja en una oficina de nueve a diesiocho y rara vez acompañaba a sus compañeros de trabajo a los after office que solían hacer los días jueves. No solía beber alcohol y siempre usaba de excusa eso para zafarse de la invitación. Al salir de su trabajo hacía todo el viaje de vuelta a su casa en sentido contrario. Muy pocas veces se distraía del camino a menos que claro, tuviera que pasar por el supermercado por provisiones o a comprarle comida a su gato (Sí, tenía un gato. más a nuestro favor para pensar que es un aburrido). Al llegar se ponía un pijama de seda que tenía desde joven y se echaba en el sillón a ver noticieros. Tenía Netflix pero por algún motivo ajeno a su conocimiento no podía engancharse con ninguna serie o película sin desconcentrarse, o por el gato, o por cosas del laburo, o por quién sabe qué.
Los días sábados aprovechaba para hacer lavandería y ordenar un poco su casa. Un dpto. de dos ambientes poco iluminado, ya que daba al pulmón de manzana, pero que a él le encantaba porque era medio fotofóbico. Por la noche solía reunirse con sus tres amigos de toda la vida, los del secundario. Cenaban, hablaban, en menor parte de lo que habían hecho durante la semana y en mayor parte de lo frustrado que estaban todos a nivel amoroso. Las mujeres eran para ellos un enigma dificilísimo de descifrar. Diego en particular tenía una especie de diario dónde escribía seguido al respecto.
En la próxima entrega vamos a echar un vistazo a sus opiniones sobre el sexo femenino.


©CATALINA PÉCORA
2018

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