EL TRÉBOL DE 4 HOJAS

lunes, septiembre 21, 2020


 Para lo que es mi círculo íntimo no es novedad que el día jueves a la noche tuve un nuevo intento de suicidio en mi haber. Bah. " Intento ". Tomé 40 mgrs. de clonazepam, medicamento al cual ya le tengo resistencia y que para que me hiciera mínimo una cosquilla debería tomarme un container. Había estado hablando nuevamete y hasta su cansancio y hartazgo con la posibilidad de volver con Bruno para que seamos una familia nuevamente pero pese a que mi corazón se hace trizas y mi alma polvo, él insiste en que ya no sólo no me ama más sino que nunca pero nunca jamás como decía el cuervo en el dindel de la puerta de Edgar Allan Poe, volverá a estar conmigo como pareja.

Pese a que le rogué y le supliqué durante todo este tiempo por una segunda oportunidad, el insiste en que ya agoté todas las oportunidades posibles mientras fuimos marido y mujer. Yo no lo creo asi. Yo creo que todos tenemos derecho a una segunda oportunidad pero bueno, el no lo considera asi y su postura es inamobible. Insisto en pensar si lo que lo detiene es su propio orgullo o su entorno cercano que le habla mierda de mi (como me ha dicho que siempre hicieron y el a pesar de todo me defendía). Supongo que nunca lo sabré porque hace rato nadie salvo él a pesar de todo me dice la verdad en nada.

Ya agotada por la discusión decidí tomarme las drogas con un ápiz de esperanza de que ésta vez si hicieran efecto. Pero en el fondo sabía que sólo me dormirían unas horas y luego seguiría despertando a mi miserable vida en la que no tengo más familia y el hombre que amo ya no me ama. Como cada vez que sueño que me dice de volver a estar juntos o sueño a mi hijo de bebé o incluso tengo la osadía de soñar que somos una familia más grande como soñaba que algún día seríamos. Sólo para saber antes de despertarme que estoy soñando y todo es una crueldad de mi inconciente para torturarme incesantemente por todos mis errores cometidos.

Al día siguiente. Luego de una gran discusión con mi psicólogo y Bruno. Bruno terminó sugiriéndome que me busque a alguien más. Lo cual no sólo me destroza y me parece inconcebible , sino que resulta imposible ya que nadie le llega siquiera a los talones como hombre como ser humano como padre y como profesional. Mi admiración por el es total. Cómo podría encontrar cómo funcionar con alguien que no fuese el. Es una tarea inverosímil. Encontrar un hombre como Bruno es casi como buscar un trébol de 4 hojas en un inmenso bosque. Una tarea olímpicamente imposible. Y sin embargo, ya no quiero romperle las pelotas a un hombre que sé que nunca más me va a corresponder. Para mi es la muerte en vida. No hay lugar en el cielo ni en el infierno (mucho menos en éste ya que el infierno es justamente no ser amado). Por lo que sigo adelante... ya que no tengo las pelotas para tirarme debajo de un tren o ahorcarme. Sigo por inercia, por mi hijo, que a pesar de que sólo quiere a su papá me tiene de adorno, como para decir :_" Ah si, y este bofe es mi mamá..." - 

Mi caja de pandora vino sin esperanza. No me queda nada. No tiene sentido nada. Y sin embargo sigo buscando, al pedo, ese trébol que se que nunca va a aparecer. Porque esas son cosas sólo pasan una vez en la vida, como el amor con el cual se suponía que iba a envejecer y perdí por ser la persona más mala y horrible del Universo...


©CATALINA PECORA
2020

No hay comentarios.:

MIS OTROS BLOGS