DE VEZ EN CUANDO GRACIAS

miércoles, septiembre 01, 2021


Y como trato (o al menos lo intento) de no ser una infeliz de mierda, a veces paro en seco en mi realidad, que por muy convencida que estoy de que es una cagada, todavía tiene cosas salvables por las cuales dar las gracias. Una de esas mayores cosas preciosas por las cuales dar las gracias día tras día es mi bello y sano hijo, por pasar tiempo con el y verlo crecer y progresar. También agradezco muchísimo poder pasar tiempo con el hombre que amo y todavía tener su apoyo, aunque ya no estemos juntos.
Y después se me ocurren unas cuantas cosas que pueden parecer nimiedades o pavadas pero miles y miles de seres humanos no las tienen. Como mis cinco sentidos intactos, para poder apreciar todos los detalles que ellos captan. Por tener luz y agua potable que beber y agua calentita con la cual poder ducharme. Por tener cloacas y un techo y una cama cómoda dónde dormir todas las noches. Y sobre todo, por tener tanto como todos mis seres queridos un plato de comida en la mesa cada día.

Es muy probable que me esté quedando hiper corta con mi lista de agradecimiento pero es todo lo que siento que es importante para mi en este momento. Y sobre todo, doy gracias a esa brisa que acarició mi cara y me inspiró a dar las gracias por las pequeñas y grandes cosas que tiene mi vida. Esa brisa hermosa que entró sin permiso por la ventana y me recordó que no todo es queja, que no todo está perdido, que las cosas pequeñas también valen y sirven...


©CATALINA PECORA
2021

 

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