CHINA
2018
El sistema de comida rápida seguía siendo lento
ahí dónde aún no había motivo para que lo fuera. TODO estaba automatizado,
calimetrado como si fuera un diseño minucioso que no podía fallar. Aceitada hasta
última tuerca del engranaje y cronometrado hasta la milésima de segundo de cada
paso que la maquinaria daba.
Con una temperatura de 1 a 4,4° centígrados, van todos los que necesitan estar
refrigerados. Las hamburguesas deben estar listas en 55 segundos y las papas
fritas de 3 a 10 segundos, la
mise en place de panes, verduras, quesos y condimentos, también
incluye el asado de carne o la cocción de pollo previa, y reserva en mini
hornos que mantienen por 15 minutos el producto caliente. Una de las características que
distingue el sistema es la rapidez y la eficiencia del proceso de pedido y
entrega de la comida. Eso se logra gracias a que todas las tareas están muy
bien definidas y a que la ubicación de cada compartimento está pensado
justamente para que no haya demoras ¿Cómo sé todo esto? Pues fácil. TODO había
sido ideado por mí.
SICHUAN PROV. DE CHENGDU
Fábrica de comida rápida industrial 3 AM hora local.
Una de las freidoras, gigantes monstruos de
acero, se había prendido sola. Y el aceite empezó a haber borbotones de hervor
en su cuantioso y profundo espacio, luego la siguieron las de los salones B, C
y D. Toda la maquinaria se ponía en marcha 3 horas. Antes de lo previsto.
Seguridad no toma cuenta de ello hasta media hora más tarde cuando decide
llamar al personal operativo. Todo fue apagado de inmediato. Uno de los
operarios comentaba con otro:_¨ Recientemente fui requerido para analizar y
solucionar un problema de sobrecalentamiento, en una aplicación de hidráulica
tipo móvil. El sistema hidráulico estaba formado de una unidad hidráulica
impulsada por motor diésel que accionaba una sierra para corte de tubería. La
sierra estaba diseñada para trabajar bajo nivel de agua, conectada con
mangueras de 710 [pies] de longitud. Los parámetros de operación de la sierra
eran de 24 [GPM] a 3,000 [PSI]. – continuaba - Existen dos formas para resolver problemas de
sobrecalentamiento en sistemas hidráulicos:
Disminuir las cargas de calor
Incrementar la capacidad de disipación de
calor
Disminuir
las cargas de calor es siempre la mejor opción, ya que esto incrementa la
eficiencia del sistema hidráulico. En el ejemplo anterior, la carga de calor en
las líneas de alimentación al actuador era por si sola de casi el 30% de la
potencia disponible, cifra que normalmente se considera inaceptable. Disminuir
esta carga de calor a un nivel aceptable, implicaba reducir la caída de presión,
sustituyendo las mangueras de presión y de retorno por otras de mayor diámetro.
El alto costo de esta solución para una instalación que era temporal nos llevó
a la conclusión de que la solución indicada era instalar una mayor capacidad de
enfriamiento en el circuito.
Continuar operando un sistema hidráulico cuando el fluido se encuentra
sobrecalentado, equivale a operar un motor de combustión interna con
temperatura de enfriamiento muy alta. El daño está garantizado. Por lo tanto,
siempre que un sistema hidráulico comience a sobrecalentarse, pare de
inmediato, identifique la causa del problema y resuélvala. ¨ - Nadie te ha
preguntado contestó el otro operario ofuscado todavía por la humareda de los
aceites hirviendo. Los tubos mismos de conexión llevaban temperaturas que
habría que refrigerar de alguna manera de inmediato. ¿¡Dónde diablos está la
jefa!? Necesitamos de su autorización para usar el nitrógeno líquido. La jefa
era yo.
Cuando
llegué di las autorizaciones pertinentes y mandé descartar todos los contenidos
de las freidoras y la limpieza con agua tibia y sal idizante por la menos unas
horas. Los operarios seguían averiguando cuál era la falla, pero había un
ambiente de jolgorio y festín. Toda la comida sería descartada, pero todos
habían tomado algo y ¨ desayunado ¨ temprano. Fui a mi oficina. El olor a
aceite quemado se impregna enseguida y no quería arruinar mi traje nuevo de Luois
Vuitton. Me senté todavía sin entender qué había sucedido con el cronometraje.
Revisé cuanto pude y destiné por lo menos una hora a la nueva reiniciación y
programación de todo el sistema. Ya eran las cinco en cuanto levante la vista
al reloj. Y al mirar por la ventana de mi oficina. Entre el humo del nitrógeno
que los operarios estaban usando noté algunas manchas rojas en los trajes blancos
de higienización. Salí de la oficina para ver de cerca. Las manchas se escurrían
de los trajes por el calor, bajé nuevamente las escaleras y dos operarios pasaron
con las mismas manchas por fura y dentro de sus cascos. Al acercarme más y más
al centro base de la cocción pude visualizar una caja del tamaño de un estante
cuadrado abierta, con el líquido rojo corriendo hacia las rejillas. No llegaba
a ver qué era, hasta que finalmente me acerqué hasta casi olerlo. De la caja
asomaban pequeños pies calzados, eran por lo menos cuatro. El líquido rojo era
sangre. Al agacharme vi el pequeño cuerpecito de uno de los cadáveres, tenía un
palo de plástico metido en la pequeña vagina. Me levanté horrorizada y vomité a
los metros. Recordé el rumor del gobierno de que las familias que tuviera más
de dos hijos deberían entregar a los siguientes antes del año para disposición del
mismo pero nunca me imaginé la aberración de que fueran dispuestos a la
industria alimenticia de comida rápida. Volví a mi oficina tambaleando. Y a
punto de subir las escaleras lo ví. Allí estaba como en cada sueño de esta
noche. Vestido de negro, insoslayable, tácito, y profundo con sus ojos rojos
clavados en mi burlonamente… bajó, puso su mano derecha en mi hombro izquierdo
y me susurró al oído:_¨ Te advertía que te encontraría de nuevo si volvías a
dormirte…¨
©CATALINA PÉCORA
2018
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