SOLEDAD NO ELEGIDA

martes, febrero 13, 2024


A veces me siento sola, muy sola. Habiendo miles de formas de comunicación y ¨ redes sociales¨ que de sociales o tienen un carajo, porque lo que menos hace uno en ellas es socializar, sino más bien poniendo en vitrinas virtuales la vida de uno o sus estúpidos pensamientos y opiniones. Aún no le encuentro el sentido a la vida social y las amistades, si uno no puede acudir a ellas cuando más los necesita, cosa que me pasa bastante seguido.

Aparte de que son muy raras las veces en las que suelo tener algo de plata. Cuando la tengo y puedo salir con alguien, es como si los planetas tuvieran que acomodarse para que ese momento y el tiempo libre de mis ¨amistades¨ congenien y converjan al mismo tiempo para conseguir y lograr verlos.

Son muchas más las veces en que siento que no tengo amigos que los momentos en que sí. Que hay gente que sé que me puedo apoyar o acudir en los momentos de adversidad, que por suerte son los menos porque si mis amistades no se me acercan en los momentos de joda, menos lo harían en momentos de dificultades...

©CATALINA PECORA
2024

IRONÍA

jueves, febrero 01, 2024


Se me cruzaba recién por la mente la idea de que, qué injusto es que la felicidad no sólo sea tan efímera, sino que además se haga tan larga su espera y muchas veces, no nos alcance en la vida hasta que ya somos ancianos. Lo mismo que la sabiduría, que uno aprende a base de largas caídas e incesante toma de malas decisiones y cometer errores. 

Es entendible que uno luche cuando tiene la fortaleza de la juventud por las cosas que quiere conseguir, pero a veces esa lucha dura muchísimo tiempo, la espera es desesperante e incluso hay ocasiones en que la vida misma no alcanza para que veamos esos acontecimientos realizarse.

A su vez, con el correr de los años, vemos a manera de una especie de Dorian Grey, como la energía y la voluptuosidad de la juventud se nos escapa como arena entre los dedos. Vemos como nuestra piel pierde su luminosidad y se va arrugando, perdemos el pelo, ganamos grasa en el cuerpo, el mismo comienza a tener más y más falencias y cuando nos queremos acordar, nuestros hijos ya han tenido sus propios hijos para críar.

Reflexiono sobre todo esto y me parece una gran e injusta ironía que muchos de nosotros tengamos algunas o muchas de las cosas que ansiamos toda la vida cuando ya practicamente nos queda poca o ninguna vitalidad para disfrutarlas. Y no hablo claro, sólo de cosas materiales, sino también de las cosas intangibles que no tienen mesura, como el amor o el pensamiento sensato que somos incapaces de siquiera vislumbrar en nuestras adolescencias o primeros años de ¨madurez¨ cuando creemos que nos llevaremos el mundo por delante y que seguiremos siendo jóvenes por siempre.

No sé muy bien cómo cerrar cíclicamente este pensamiento pero se me ocurre que una buena forma de hacerlo es dando el consejo de que el CARPE DIEM tiene un fundamento muy sólido. El vivir en el presente del día a día, aprovechando cada minuto que tengamos en un disfrute del camino que se está recorriendo, para luego no tener que lamentar que perdimos el tiempo y la vida en tonterías sin sentido ni sustento.


©CATALINA PECORA
2024


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