A veces pienso en las pequeñas y grandes decepciones que sentimos de los demás y los demás por nosotros. Desde las más bobas hasta las más graves. Incluso lo que me hizo detenerme a pensar en esto fue una pavada de las más tontas:
Una mañana salía de comprar de una panadería y tenía no sólo puesto el barbijo sino también mis enormes gafas de sol, que uso no sólo porque son las únicas que tengo sino porque AMO que nadie me reconoce con ellas puestas. Sin embargo, una comerciante, de la vereda de en frente, sí me reconoció, y dejó de hacer todo lo que estaba haciendo para levantar y extender su brazo y su mano y saludarme, esperanzada, obviamente, en que yo le devolviera el saludo, lo cual hice, porque si bien NO SOY de saludar a nadie en la calle, no m ecostaba nada, recordaba su nombre y todo y ya que ya había hecho el esfuerzo de levantar su mano hacia mí ¿Qué hubiera pasado si la ignoraba? decepción, desilución, vergüenza, frustración, etc
Y ese fue un ejemplo tonto, pero cuando las cosas implican emociones, sentimientos y son más profundas? como un mensaje confesando nuestro amor y es ignorado. Cuando hacemos de todo para que el otro mnos note y aún así somos ignorados? Cuando demostramos hasta la estupidez que alguien es importante para nosotros y aún así rebotamos olímpicamente...
Y así vamos por la vida, siendo una maraña de continuas decepciones que podrían haberse embalsamado sólo con un mínimo de empatía...
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