LIMITADA

martes, noviembre 28, 2017

No es la primera vez que me lo pregunto...
¿A dónde se escondieron esas alas con las que la imaginación y la inspiración solían alzarme?
¿Se me rompieron, desaparecieron así sin más o simplemente siguen ahí, heridas, esperando ser milagrosamente sanadas algún día?

No lo sé. No sé si algún día en un futuro cercano o lejano lograré averiguarlo. Hoy sólo sé que mi ostracismo me sumergió tan profundo dentro de mí misma que no concibo la idea de poder volver a salir a la luz por la que alguna vez transité...
Siento que cada día más es un día menos, que cada día menos es un día más. Un día más que se me escurre de entre los dedos. Un día más que se consume como los cigarrillos que devoro día trás día, hora tras hora sin cesar. Que me marchito como una flor sin agua viendo como los demás se nutren de vivencias, de experiencias...
Me siento expectadora de la inagotable carrera en la que el mundo entero participa y yo ni siquiera llegué a inscribirme. Me siento el hermitaño que se sentó en la piedra a meditar y jamás volvió a erguirse de nuevo.
¿Cómo consigo salir de laberinto de mi propia mente. De la trampa que me tendí a mí misma. Cómo escapo de los sentimientos y las emociones que ya no siento pero que aún evidencian sus cicatrices dentro de mi corazón?
Siento que perdí el rumbo y que no existe mapa ni brújula alguna que me sirvan de guía. NO SÉ A DÓNDE VOY NI SÉ A DÓNDE IR. Sólo sé que es preciso seguir avanzando, aunque adelante me esperase un precipicio...
Ojalá encuentre dentro mío el camino a través del cual llegue al Alma que en teoría poseo. Ese Alma que alguna vez se abrió paso a través de muchas otras para obtener la primer bocanada de vida. Ese Alma que solía luchar por lo que quería hasta lograr conseguirlo, aunque costara sangre, sudor y lágrimas. Ese Alma que cuando no encontraba cómo decir el dolor, lo escribía, como ahora, como siempre...
Ojalá la encuentre nuevamente


©CATALINA PÉCORA
2017

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