Esa noche Juan me pasó a buscar tarde. Claro. ¨ El flaco ¨
como le decía mi familia despectivamente vino sin el auto. Tenía un Duna negro
modelo ´94 hiper chocado, por lo que tenía una puerta roja, otra parte sin
color, otra oxidada y el resto olvidado de lo que solía ser el auto antes de
los crashes.
Era la primera vez que iba a ir a su casa y era la primera
vez que me iba a subir a un bondi que pasaba por el medio de un cementerio para
llegar a destino. Juan llegó tarde. Lo esperaba a las 22 y me cayó 22.30. Ya
era todo cualquiera.
Esperamos el bondi unos quince minutos y yo ya me había
rayado. Ya tenía ganas de volverme a mi casa, pero buen, ya estaba... aparte me
intrigaba ver lo del cementerio. Era como una onda de tour tenebroso de noche
de brujas. Si es que se iba a ver algo interesante.
No sé cómo pero de repente entrando al cementerio pegamos
mesa dentro del bondi que ahora parecía más bien un tren y había chance de
bajarse a mirar qué onda pero Juan no quiso. Yo me bajé. Estaba todo hiper
oscuro, apenas veía por dónde caminaba, y no vi que nadie más bajara, a lo
lejos escuchaba murmullos y cada tanto como un eco la pregunta:_¨ ¿¡Dónde
estoy!? ¨ - vi a un par de enterradores y tumbas precarias y frescas, por un
momento hasta vi una tumba toda tapada con maderas y la tierra removida:_¨ Aca
boletearon a alguien...¨ - pensaba - ¨ Qué boludo este Juan lo que se está
perdiendo por cagón...¨ - A lo lejos escuché el ruido como de dos tiros de arma
de fuego y me salí de la cadena de pensamientos. Me agarró miedo a mi. De
repente apareció una flaca en moto en el medio de todas las tumbas y la
oscuridad a los gritos como si la tipa estuviera montando un caballo en el
medio del lejano Oeste. Me subí a su moto o me subió ella como escapándonos de
algo. No sé. No entendía nada - ¨ ¡¡¡Me llamo Mercedesssss!!! ¨ - me gritó - ¨
¿¡Vos quién sos!?, ¿¡Qué hacés aca a esta hora!? ¨ - ¨ ¡¡¡Soy Catalina,
pasábamos por aca con mi novio y el no se quiso bajar a mirarr!!! ¨ - ¨
¡¡¡Vamos a buscarlo para hacer un tríiiooo!!! - batió... y fuimos... me subí,
al ahora vagón y llamé a Juan a los gritos:_¨ ¡¡¡Dale boludo, vamosssss!!!,
¡¡¡No sabés lo que essssssss!!! ¨ - Juan apareció entre las penunbras con
bandejas pedorras de comida y me dijo no con la cabeza, en realidad me dijo no,
NI en pedo con la cabeza (Sí. Es posible notar esas cosas sólo con un gesto).
Asi que me volví a bajar pero Mercedes se había ido a la mierda. Me quedé sóla
en la oscuridad. Entré a caminar y de repente empecé a ver, a difuminar
siluetas blancas en la oscuridad... y esa incansable pregunta:_¨ ¿¡A DÓNDE
ESTOY!? - De repente la sentí repetir casi pegada a mi. Y la silueta se
transformó en el fantasma de una mina con cabeza de calabera de buey que se me
pegó iba a dónde iba. Traté de llegar a dónde vi luz y caí a un espacio en
donde se realizaban autopsias con una mano robótica que iba relatando cada uno
de sus movimientos:_¨ ¿¡Qué hacen acá!? - la mano bajó una lámpara que nos
percibió a ambas. El fantasma de la mina no dejaba de decir:_¨ Luna, luna,
luunaaaaa...¨- mientras tocaba y tiraba al carajo todas las herramientas de la
mesa de laburo. Yo estaba re cagada. No entendía ni medio tampoco. En un
intento de conversación le decía:_¨ Siiii! Lunaaaaa! El dibujito que mira mi
sobrinito y dice Nuna, nuna, nuunaaaa!!! cantando - Una puerta se abre. Era
Mercedes, llamándome. La corrí. Cerramos la puerta. Ella corría y tocaba unos
porteros diciendo:_¨ Cura! ¨ - yo la corría a ella. Seguía sin entender nada.
Llegamos a la puerta de hierro oxidado del cementerio y tenía las llaves
colgando. Mercedes abrió y cruzamos por una calle de tierra hasta una casa
enfrente. Nos escondimos detrás de un sofá tirado y vimos como salían unos
curas hasta la puerta abierta a las puteadas. Mercedes se cagaba de risa. ¨
Vení. Vamos a casa...¨ - me dijo. E hicimos dos pasos y entramos a una casa
precaria casi sin luz en la que un tipo que parecía la reencarnación de Don
Ramón estaba ¨ sirviendo una mesa ¨, había otro flaco que parecía ser el
hermano de Mercedes. La mesa tenía restos de comida varias cervezas y un mantel
verdoso. ¨ Sientense a comer...¨ - nos dijo el tipo. Yo pensaba:_¨ ¿A comer
qué? ¨ - ¨ Yo hice unos chorizos hoy...¨ - dijo Mercedes y fue a buscarlos. ¨
¿Y entonces por qué estoy aca cagandome de hambre?, ¡andá a traerlos nena! ¨ -
Detrás nuestro de la oscuridad, venía apareciendo una sotana. Don Ramón se
levantó y saludó:_¨ ¡Paaaadreeeee!, ¿Cómo andaaaa? ¨ - ¨ Luis... bien ¿y usted?
¨ - ¨ Y aca... por comer alguito ¿vió? ¨
- ¨ Veo ¨ - dijo el cura, mirando el desfiladero de cervezas... ¨ Mercedes lo
volvió a hacer.¨ - soltó solemnemente. - ¨ ¡Pero qué pendeja de mierda! ¨ - ¨
¡¡¡Merceeeedesssssss!!! ¨ - le gritó enojado. Mientras ella aparecía con una
olla de comida. - ¨ A las tres te quiero en la cama.¨ - Mercedes soltó la olla
en la mesa y se sentó con cara hiper seria. - ¨ ¿Cómo anda el laburo Luis? ¨ -
¨ Yyyyyyy, vio cómo es esto padre... a veces hay, a veces no hay. A veces
llueve y no se puede hacer nada...¨ - ¨ ¿Y vos Martín? ¨- le preguntó al
hermano de Mercedes que se estaba llenado la mandíbula de guiso. ¨ Y el con el
problema de sus vómitos... no lo toman en ningún lado, vió padre? Es un
tema...¨ - respondía Don Ramón por él. - ¨ Bueno, los dejo cenar en paz... qué
descansen...¨ - ¨ ¡Gracias padre! ¨ - se sentó diciendo con un vaso de cerveza
en la mano el padre de Mercedes...
El tipo era un veterano de Malvinas no reconocido como tal,
sin pensión ni beneficio alguno y bastante chapa. La madre de Mecha, como ya le
decía yo en mi mente, había muerto de una sobredosis de intentos de heroína que
conseguía inyectarse. El tipo la fajaba, a ella y a Mercedes, como planeaba
volver a hacer esa madrugada cuando terminara de empedarse. Su mujer se
refugiaba en la droga y terminó de hacerlo en el mismo cementerio que Mercedes
usaba de ¨ playground ¨ casi cada noche con la excusa de que iba a ver la tumba
de la madre. Su hermano... bueno, era un incompetente sin oficio ni estudios
que no servía más que para hacer sombra y encubrir las aberraciones casi
diarias del padre. Nunca voy a entender cómo supe todo aquello. Sólo sé que
Mercedes jamás me lo contó ni se escapó de esa vida.
Me desperté. Me había dormido todo el viaje. Juan me dijo
que me perdí el cementerio. Bajamos, hicimos unas cuadras y en la esquina vi el
mismo sillón donde me escondí con Mecha. La calle era de tierra. Y la casa de
Mecha, era la de al lado de Juan. - ¨ Creo que no me perdí de nada en el bondi
Juan...¨ - le dije y entramos a cenar.
CATALINA PÉCORA.
© 2015
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