¿¡Por qué se llevan nuestras nenas!? Estoy todo el día pensando en eso cada vez que veo la foto de una nueva chica desaparecida. ¿¡Quién le dijo a estos tipos que tenían el derecho de arrancarlas de sus familiares, de sus amigos y de sus seres queridos!? ¡¡¡Y como si con eso no bastara, con el derecho auto otorgado de torturarlas, violarlas y matarlas!!! ¿Es posible que la enfermedad mental de los tipos haya crecido olímpicamente en los últimos doce años como para cometer las aberraciones que cometen con ellas?
Y digo doce años porque hace doce años yo tenía quince. Mi papá había muerto hacían apenas dos y yo oscilaba entre la nada y la boca del lobo. Con una relación absolutamente áspera con mi madre y con unos límites absolutamente negados. Me entregaba a la promiscuidad de las redes recien estrenadas en nuestro país, buscando la autodestrucción que toda adolescente depresiva buscaba. Y asi fue como termine en una relación con un tipo que me doblaba en edad que me había mentido hasta en su nombre y me había pintado el cuento de hadas con el único propósito de aprovecharse de mi. Lo cual consiguió y después se borró. Pero lo persiguieron causas por lo que entonces se llamaba estupro (hoy abuso deshonesto) a mi entrevistas con forenses y todo tipo de procesos engorrosos y traumáticos que grabar en mi cabecita fresca...
¿¡Qué me hubiera pasado si todo eso que viví hace doce años atrás lo vivía hoy. Lo hubiera podido contar. Y si en lugar de abusar de mi psicológicamente el tipo me violaba lisa y llanamente. Si no contentándose con eso me hubiese descuartizado, mutilado y enterrado o tirado en un descampado!? No paro de darle vueltas en la cabeza de que si hubiera tenido quince años en esta época no la hubiera contado. No hubiera salido viva...
©CATALINA PÉCORA
2017
Y digo doce años porque hace doce años yo tenía quince. Mi papá había muerto hacían apenas dos y yo oscilaba entre la nada y la boca del lobo. Con una relación absolutamente áspera con mi madre y con unos límites absolutamente negados. Me entregaba a la promiscuidad de las redes recien estrenadas en nuestro país, buscando la autodestrucción que toda adolescente depresiva buscaba. Y asi fue como termine en una relación con un tipo que me doblaba en edad que me había mentido hasta en su nombre y me había pintado el cuento de hadas con el único propósito de aprovecharse de mi. Lo cual consiguió y después se borró. Pero lo persiguieron causas por lo que entonces se llamaba estupro (hoy abuso deshonesto) a mi entrevistas con forenses y todo tipo de procesos engorrosos y traumáticos que grabar en mi cabecita fresca...
¿¡Qué me hubiera pasado si todo eso que viví hace doce años atrás lo vivía hoy. Lo hubiera podido contar. Y si en lugar de abusar de mi psicológicamente el tipo me violaba lisa y llanamente. Si no contentándose con eso me hubiese descuartizado, mutilado y enterrado o tirado en un descampado!? No paro de darle vueltas en la cabeza de que si hubiera tenido quince años en esta época no la hubiera contado. No hubiera salido viva...
©CATALINA PÉCORA
2017
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